En la catedral de Burgos hay un sepulcro con la estatua yacente de un hombre joven, cuya cabeza reposa en una almohada de piedra. Su rostro dulce emociona. Y sorprende lo que figura en la inscripción explicativa, si es que se ha entendido bien: no se trata solo fulano de tal, canónigo, sino fulano de tal, canónigo y «sobrino del reverendísimo señor don Alonso de Burgos obispo de Palencia».
Una mirada de profano no detecta en sepulcros próximos referencia al parentesco del respectivo difunto con ningún personaje; ni tampoco resulta quizá muy habitual en general mencionar parentescos en los sepulcros excepto en casos de hijos o hermanos de reyes. Y surge la pregunta: ¿ser sobrino, y de obispo, es dato relevante que describe a una persona hasta en la muerte?
Verónica del Carpio Fiestas
Un comentario en “Persona por referencia”
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El hecho solo sirve para dar fe de la mundana vanidad del obispo y la rastrera servidumbre del exégeta.