¿Jeremy Bentham y los españoles?

El filósofo Jeremy Bentham (1748-1832) dirigió varias cartas a los españoles, entendiendo por tales no siempre solo al español destinatario directo de cada carta concreta, sino el pueblo español. Adjunto dos documentos complementarios.

En primer lugar, una de esas cartas, traducida al castellano en 1820, con el prólogo de su entusiasta traductor.  El título con el que se tradujo no tiene desperdicio: nada menos que «Consejos que dirige a las Cortes y al pueblo español Jeremías Bentham«.

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La obrita -no llega a 20 páginas- presenta redacción y enfoques un poco deslavazados,  y por otra parte no resulta nada claro que Bentham conociera exactamente la situación fáctica y jurídica en España sobre la cual opina -sobre la posibilidad de una segunda cámara legislativa que no fuera de elección-, y en realidad sobre lo que más opina, pese al título, es sobre su propio país, que presenta con los tintes más negros. Pero con todo y con eso creo que merece la pena leerlo, porque algunas cosas que dice son muy agudas y perfectamente aplicables a cualquier lugar y situación donde élites no electivas ostenten un poder y se reservan puestos clave:

«¡Españoles! reflexionad en la oposicón decidida e inextinguible que debe reinar entre la reunión de los pocos que mandan y en bien estar de los mucho que obedecen. ¿Qué reforma, qué mejora, puede haber a que no se opongan con buen éxito, y por su propio interés, un cuerpo de hombres elevados en dignidad, y en cuyo nombramiento no tienen parte alguna los que les son inferiors?

Si tiene poderes, se servirán de ellos en aquel sentido; porque ¿para qué se tienen sino para ponerlos en ejercicio? ¿para qué se pide un veto sino para usarlo? Y ved aquí como lo usarán. Irán contra vosotros hasta el punto en que a su modo de entender se unas sus intereses con los vuestros pero, atendida la inmudable naturaleza del hombre, ¿podéis fundar la menor esperanza podéis tener el menor motivo de creer que darán un paso más allá?»

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Enlace al texto aquí, texto en pdf bentham-consejos-al-pueblo-espanol-1820

A mí me ha impresionado. Pero ¿impresionó también a los coetáneos?

La respuesta, quizá, en el segundo documento, de 1894. El jurista Luis Silvela suelta sapos y culebras y tira con bala al analizar la figura y la obra de Bentham y, en concreto, también, sus cartas a los españoles, en el discurso titulado «Bentham: sus trabajos sobre asuntos españoles; expositor de su sistema en España«. Aparte de decir que no influyeron o influyeron poco, describe a Bentham como un metomentodo universal que reparte consejos indeseados, de atrevida ignorancia y ególatra, de mucho estudio y poco fruto, con muchas obras incabadas y otras que son de sus discípulos más que suyas, y todo ello expresado en el educado lenguaje que es de esperar en un discurso en la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es tanta animosidad contra el pobre Bentham, fallecido por cierto mucho antes, y tal contraste con el entusiasta traductor de 1820, que hasta surge la duda de si en efecto Bentham, como dice Silvela, influyó tan poco. Ni se le ocurra, por cierto, leer ese anticuado tocho jurídico; basta con que quede aquí por si alguien tiene la curiosidad de echar un vistazo, con sentido crítico. Enlace aquí , pdf discurso-luis-silvela-1894

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Bentham me suscita simpatía. Es especialmente conocido, y criticado, por su «panóptico» pero, ¿no es en realidad Bentham un visionario y un precursor? ¿Internet no viene a ser una mezcla del panóptico de Bentham y el aleph y las bibliotecas infinitas de Jorge Luis Borges?

¿Y cómo no tener simpatía por quien escribió «Una protesta contra las tasas judiciales» y contra quien detectó que el maremágnum legislativo, como el que por cierto tenemos ahora, beneficia al poderoso, y luchó intensamente para evitarlo?

Verónica del Carpio Fiestas