La malherida España

…Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,

la malherida España, de carnaval vestida

nos la pusieron, pobre, escuálida y beoda,

para que no acertara la mano con la herida.

 

Fragmento de «Una España joven», poema del libro «Campos de Castilla, Antonio Machado, 1912.

Por la selección y transcripción,
Verónica del Carpio Fiestas

Goethe, Antonio Machado y los limoneros

«Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero«.

Cualquier hispanohablante mínimamente culto en España conoce estos dos versos. Así empieza el famosísimo «Retrato«, o mejor, autorretrato, de Antonio Machado, en «Campos de Castilla«; el limonero de su infancia estaba nada menos que en el palacio de los duques de Alba, en Sevilla, donde vivió en su  infancia.

Y quizá no cualquiera en España sabe que Goethe escribió esto:

«¿Conoces el país donde florecen los limoneros// y las áureas naranjas refulgen en lo umbrío […]

O en otra traducción, escogida al azar, de la masa de Internet:

«¿Conoces el país donde florece el limonero, centellean las naranjas doradas entre el follaje oscuro […]

La canción, o el poema, o como se quiera llamar, «Mignon«, de Goethe no se refiere a Sevilla, sino a Italia. Más de cien años antes que Machado, Goethe usa un limonero como metáfora del paraíso del sur, del Sur, de un Sur que no está en España sino en Italia. Una inevitable relación entre ambos poemas surge en la mente de esta hispanohablante que conoce ambos, con la también inevitable consecuencia de pensar que qué lástima, o qué curioso, que el limonero de Goethe estuviera en Italia y no en otros sures, como el de Andalucía. De nuevo nos encontramos con algo ya tratado en este blog: como el Gran Tour británico y sus equivalentes germánicos no alcanzan a España, ese país remoto y peligroso, no pintoresco sino miserable, no artísticamente interesante sino decadente o sencillamente carente de interés, paradigma de la ignorancia y de la intolerancia, que no merecía la pena ni mencionar, salvo para hablar de la Inquisición, la Leyenda Negra y esas cosillas.

Y, oh sorpresa, héteme aquí que esa idea de relacionar el poema de Goethe con Andalucía no solo no soy la primera en tenerla, vaya, sino que por lo visto, me informa amablemente Internet, hasta la tuvieron viajeros del siglo XIX, mucho antes de que el poema de Machado nos sugiriera a hispanoparlantes esa asociación mental del limonero con una Andalucía doblemente idílica por ser la de una infancia idílica rememorada con nostalgia por un poeta en su mediana edad. El enciclopédico Internet me revela que resulta que llegaron mi querido George Borrow y otros viajeros intrépidos del XIX y colocaron los limoneros de marras en Andalucía. Transcribo un párrafo de un libro que he hojeado, no leído, sobre la imagen de España en los viajeros extranjeros del siglo XIX;

Goethe

Y qué entonces mejor que incluir un enlace a «La Biblia en España«, el maravilloso libro de George Borrow, en la traducción disponible en Internet nada menos que de Manuel Azaña. En la que, por cierto, no encuentro por ninguna parte esa cita de Goethe, ni insinuada, pero, bueno, será problema mío, y da igual. Da igual, sí; no se pierda a George Borrow, que no tiene desperdicio. Y no le incluyo más datos de Borrow porque para qué, si está todo en Internet; un blog personal no tiene que repetir lo dicho por otros, que no solo está feo, sino que es inútil. Valga este post, si vale para algo, para poner juntos ante la vista de quien esto lea a tres autores que difícilmente podrían ser más distintos, Goethe, Machado y Borrow, con mi comentario, y esto por favor que no salga de aquí, porque ya es pasarse de heterodoxa, de que puestos a escoger, me quedo con Borrow. Goethe, lamento decirlo, me parece un engolado pelma y «Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister» me aburrió soberanamente. En cambio con Borrow, cada vez que lo leo -y lo he leído y releído-, disfruto y me río. Qué intrépido el hombre, qué país el que describe. Es genial.

En cuanto a Machado, solo recuerdo haber sonreído con él en dos poemas: «Las moscas«, de «Soledades«, y, naturalmente, con «Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de Don Guido», de «Campos de Castilla».  Busque en Internet; es fácil. Hasta hay versión cantada por Joan Manuel Serrat, no le digo más.

Verónica del Carpio Fiestas