No hay por qué convertir las violetas en ponzoña

“A mí me parece que son todos los hombres como yo, flacos, fáciles, con pasiones naturales y aun estrañas. Que con mal sería, si todos los costales fuesen tales. Mas como soy malo, nada juzgo por bueno: tal es mi desventura y de semejantes. Convierto las violetas en ponzoña, pongo en la nieve manchas, maltrato y sobajo con el pensamiento la fresca rosa.

Leo este párrafo de la novela picaresca “Guzmán de Alfarache”, 2ª parte, de Mateo Alemán, enlace aquí, y releo la exquisita frase

“Convierto las violetas en ponzoña, pongo en la nieve manchas, maltrato y sobajo con el pensamiento la fresca rosa.

Cómo me recuerda eso a las redes sociales y a tanta grosería generalizada que para tantos parece inseparable de la fácil irresponsabilidad del fácil anonimato y de la fácil difusión instantánea, por impulso y no meditada de lo que en cada momento pase por la ¿cabeza?forges-y-el-rebuzno

Contra el rebuzno tuitero deliberado o de impulso y con el deseo ferviente de un imposible, un Internet que solo contenga violetas no venenosas, nieve blanca y rosas frescas, y donde las violetas ponzoñosas, la nieve mancillada y las rosas destrozadas solo se encuentren en las novelas picarescas clásicas disponibles gratis en Internet, firma este post,

Verónica del Carpio Fiestas

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