Tomando la luna

Tomando la luna a media noche, según Valle-Inclán

«-¿A quién aguarda?

-A nadie… Salíme un momento hace, por tomar la luna.»

Jardín umbrío. Historias de santos: de almas en pena: de duendes y ladrones

Ramón del Valle-Inclán. «A media noche». OPERA OMNIA. VOL XII. 1920

[escritor español, 1866-1936]

Tomando la luna para ponerse pálida, según Mina


Ser distinta y tomar la luna como los gatos y ponerse blanca como la leche bajo la luna llena, en vez de hacer como todas, que toman el sol para ponerse morena

Tintarella di luna, por Mina [cantante, Italia, 1940-]. Canción de 1959

«Abbronzate, tutte chiazze, pelli rosse un pò paonazze, son le ragazze che prendono il sol, ma ce n’é una che prende la luna.
Tintarella di luna, tintarella color latte tutta notte sopra il tetto sopra al tetto come i gatti e se c’é la luna piena tu diventi candida.
Tintarella di luna, tintarella color latte che fa bianca la tua pelle ti fa bella tra le belle e se c’é la luna piena tu diventi candida.
Tin tin tin raggi di luna tin tin tin baciano te al mondo nessuna é candida come te.
Tintarella di luna, tintarella color latte tutta notte sopra il tetto sopra al tetto come i gatti e se c’é la luna piena tu diventi candida.
Tin tin tin raggi di luna tin tin tin baciano te al mondo nessuna é candida come te.
Tintarella di luna, tintarella color latte tutta notte sopra il tetto sopra al tetto come i gatti e se c’é la luna piena tu diventi candida.
E se c’é la luna piena tu diventi candida.
E se c’é la luna piena tu diventi candida, candida, candida!»

Moreno de verde luna, según Lorca


Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla (Romancero Gitano, 1928).

Muerte de Antoñito el Camborio (Romancero Gitano, 1928)

Federico García-Lorca (España, 1898-1936). Romancero Gitano.

«Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios,

con una vara de mimbre

va a Sevilla a ver los toros.

Moreno de verde luna

anda despacio y garboso.»

Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla (Romancero Gitano)

«Antonio Torres Heredia.

Camborio de dura crin,

moreno de verde luna,

voz de clavel varonil:

¿Quién te ha quitado la vida

cerca del Guadalquivir?»

Muerte de Antoñito el Camborio (Romancero Gitano)

Verónica del Carpio Fiestas

Amor y sexo en el Romancero: el Romance del conde Claros

A continuación transcribo los primeros versos del Romance del Conde Claros; el texto completo puede leerse aquí. Y el poema puede también ser cantado; el músico Francisco de Salinas le puso música en 1577. Una versión cantada puede escucharse aquí (La Capella Reial de Catalunya – Hespérion XXI – Director: Jordi Savall).

«Media noche era por filo,
los gallos querían cantar,
conde Claros con amores
no podía reposar;
dando muy grandes sospiros 5
que el amor le hacía dar,
por amor de Claraniña
no le deja sosegar.
Cuando vino la mañana
que quería alborear, 10
salto diera de la cama
que parece un gavilán.
Voces da por el palacio,
y empezara de llamar:
-Levantá, mi camarero, 15
dame vestir y calzar.
Presto estaba el camarero
para habérselo de dar:
diérale calzas de grana,
borceguís de cordobán; 20
diérale jubón de seda
aforrado en zarzahán;
diérale un manto rico
que no se puede apreciar;
trescientas piedras preciosas 25
al derredor del collar;
tráele un rico caballo
que en la corte no hay su par,
que la silla con el freno
bien valía una ciudad, 30
con trescientos cascabeles
al rededor del petral;
los ciento eran de oro,
y los ciento de metal,
y los ciento son de plata 35
por los sones concordar;
y vase para el palacio
para el palacio real.
A la infanta Claraniña
allí la fuera hallar, 40
trescientas damas con ella
que la van acompañar.
Tan linda va Claraniña,
que a todos hace penar.
Conde Claros que la vido 45
luego va descabalgar;
las rodillas por el suelo
le comenzó de hablar:
-Mantenga Dios a tu Alteza.
Conde Claros, bien vengáis. 50
Las palabras que prosigue
eran para enamorar:
-Conde Claros, conde Claros,
el señor de Montalván,
¡cómo habéis hermoso cuerpo 55
para con moros lidiar!
Respondiera el conde Claros,
tal respuesta le fue a dar:
-Mi cuerpo tengo, señora,
para con damas holgar: 60
si yo os tuviese esta noche,
señora a mi mandar,
otro día en la mañana
con cient moros pelear,
si a todos no los venciese 65
que me mandase matar.
-Calledes, conde, calledes,
y no os queráis alabar:
el que quiere servir damas
así lo suele hablar, 70
y al entrar en las batallas
bien se saben excusar.
-Si no lo creéis, señora,
por las obras se verá:
siete años son pasados 75
que os empecé de amar,
que de noche yo no duermo,
ni de día puedo holgar.
-Siempre os preciastes, conde,
de las damas os burlar; 80
mas déjame ir a los baños,
a los baños a bañar;
cuando yo sea bañada
estoy a vuestro mandar.
Respondiérale el buen conde, 85
tal respuesta le fue a dar:
-Bien sabedes vos, señora,
que soy cazador real;
caza que tengo en la mano
nunca la puedo dejar. 90
Tomárala por la mano,
para un vergel se van;
a la sombra de un aciprés,
debajo de un rosal,
de la cintura arriba 95
tan dulces besos se dan,
de la cintura abajo
como hombre y mujer se han.»

Hasta aquí la pasión arrolladora; después la cosa se complica. Quien tenga interés puede leer el resto del poema. Por suerte el Conde era conde; que si no, después de esta le habrían quedado dos telediarios.

Y añado una cita de Ramón Menéndez Pida:

«El origen francés y la época quizá más tardía de estos romances se reveñan en alguno de sus caracteres. […] En la pintura del amor llegan a una audacia y una liviandad antes extraña a la recatada musa castellana. Sirva de ejemplo el romance juglaresco del conde Claros (2016 versos de 16 sílabas), donde en primorosas escenas se deja sentir el paso arrollador e irresistible del ansia amorosa que triunfa lo mismo del pudor que de la cárcel y el cadalso. La galantería del conde, llena de una arrogante y sensual presunción, el ardor impetuoso de Claraniña, que se adelanta en provocativos requiebros y que tiñe de atrevimiento hasta su melindrosa esquivez, se unen en un amor venturoso, siempre envidiable, aun bajo el peso de la sentencia de muerte que atre sobre el conde.»

Verónica del Carpio Fiestas

If I were a rich man, qué importante sería mi opinión, según Gracián y según El violinista en el tejado

«Hasta las riquezas dan autoridad. Dora las más veces el oro las necias razones de sus dueños, comunica la plata su argentado sonido a las palabras, de modo que son aplaudidas las necedades de un rico, cuando las sentencias de un pobre no son escuchadas.»

Del libro El Discreto, publicado en el año 1646, del escritor español Baltasar Gracián (1601-1658). Texto completo aquí.

Canción «Si yo fuera rico», de la película El violinista en el tejado, con subtítulos en castellano
Canción «Si yo fuera rico», de la película El violinista en el tejado, con subtítulos en inglés

«[…] Los hombres más importantes vendrán a adularme./ Me pedirán consejo como a Salomón el Sabio./ «Si no le importa, Reb Tevye»./ «Perdone, Reb Tevye»./Con problemas que pondrían bizco a un rabino./Ya da di da./Y no importará si mis respuestas fuesen ciertas o falsas./Cuando eres rico se creen que lo sabes todo.[…]»

Canción «Si yo fuera rico», de la película El violinista en el tejado (Fiddler on the Roof), 1971, dirigida por Norman Jewison. Actor/cantante: Topol. Traducción de la letra transcrita de aquí.

Verónica del Carpio Fiestas

Somos polvo en el viento

Dust in the wind
All we are is dust in the wind

Polvo el viento, todo lo que somos es polvo en el viento

Ils furent ce que nous sommes,
Poussière, jouet du vent!

Fueron lo mismo que nosotros somos,
sólo polvo y juguete de los vientos

Carpe diem

«Dust in the wind» (Polvo en el viento), canción de la banda de rock estadounidense Kansas, 1979

Vídeo oficial en inglés
Subtitulado en castellano

I close my eyes, only for a moment
And the moment’s gone
All my dreams pass before my eyes, a curiosity

Dust in the wind
All they are is dust in the wind

Same old song, just a drop of water
In an endless sea
All we do crumbles to the ground
Though we refuse to see

Dust in the wind
All we are is dust in the wind

Oh, ho, ho

Now, don’t hang on, nothing lasts forever but the earth and sky
It slips away, and all your money won’t another minute buy

Dust in the wind
All we are is dust in the wind
(All we are is dust in the wind)
Dust in the wind
(Everything is dust in the wind)
Everything is dust in the wind

The wind

Traducción del poema de Lamartine en https://poemasenfrances.blogspot.com/

«Pensée des morts» (Meditación sobre los muertos), poema del poeta francés Alphonse de Lamartine (1790-1869)

Voilà les feuilles sans sève
Qui tombent sur le gazon,
Voilà le vent qui s’élève
Et gémit dans le vallon,
Voilà l’errante hirondelle .
Qui rase du bout de l’aile :
L’eau dormante des marais,
Voilà l’enfant des chaumières
Qui glane sur les bruyères
Le bois tombé des forêts.

L’onde n’a plus le murmure ,
Dont elle enchantait les bois ;
Sous des rameaux sans verdure.
Les oiseaux n’ont plus de voix ;
Le soir est près de l’aurore,
L’astre à peine vient d’éclore
Qu’il va terminer son tour,
Il jette par intervalle
Une heure de clarté pâle
Qu’on appelle encore un jour.

L’aube n’a plus de zéphire
Sous ses nuages dorés,
La pourpre du soir expire
Sur les flots décolorés,
La mer solitaire et vide
N’est plus qu’un désert aride
Où l’oeil cherche en vain l’esquif,
Et sur la grève plus sourde
La vague orageuse et lourde
N’a qu’un murmure plaintif.

La brebis sur les collines
Ne trouve plus le gazon,
Son agneau laisse aux épines
Les débris de sa toison,
La flûte aux accords champêtres
Ne réjouit plus les hêtres
Des airs de joie ou d’amour,
Toute herbe aux champs est glanée :
Ainsi finit une année,
Ainsi finissent nos jours !

C’est la saison où tout tombe
Aux coups redoublés des vents ;
Un vent qui vient de la tombe
Moissonne aussi les vivants :
Ils tombent alors par mille,
Comme la plume inutile
Que l’aigle abandonne aux airs,
Lorsque des plumes nouvelles
Viennent réchauffer ses ailes
A l’approche des hivers.

C’est alors que ma paupière
Vous vit pâlir et mourir,
Tendres fruits qu’à la lumière
Dieu n’a pas laissé mûrir !
Quoique jeune sur la terre,
Je suis déjà solitaire
Parmi ceux de ma saison,
Et quand je dis en moi-même :
Où sont ceux que ton coeur aime ?
Je regarde le gazon.

Leur tombe est sur la colline,
Mon pied la sait ; la voilà !
Mais leur essence divine,
Mais eux, Seigneur, sont-ils là ?
Jusqu’à l’indien rivage
Le ramier porte un message
Qu’il rapporte à nos climats ;
La voile passe et repasse,
Mais de son étroit espace
Leur âme ne revient pas.

Ah ! quand les vents de l’automne
Sifflent dans les rameaux morts,
Quand le brin d’herbe frissonne,
Quand le pin rend ses accords,
Quand la cloche des ténèbres
Balance ses glas funèbres,
La nuit, à travers les bois,
A chaque vent qui s’élève,
A chaque flot sur la grève,
Je dis : N’es-tu pas leur voix?

Du moins si leur voix si pure
Est trop vague pour nos sens,
Leur âme en secret murmure
De plus intimes accents ;
Au fond des coeurs qui sommeillent,
Leurs souvenirs qui s’éveillent
Se pressent de tous côtés,
Comme d’arides feuillages
Que rapportent les orages
Au tronc qui les a portés !

C’est une mère ravie
A ses enfants dispersés,
Qui leur tend de l’autre vie
Ces bras qui les ont bercés ;
Des baisers sont sur sa bouche,
Sur ce sein qui fut leur couche
Son coeur les rappelle à soi ;
Des pleurs voilent son sourire,
Et son regard semble dire :
Vous aime-t-on comme moi ?

C’est une jeune fiancée
Qui, le front ceint du bandeau,
N’emporta qu’une pensée
De sa jeunesse au tombeau ;
Triste, hélas ! dans le ciel même,
Pour revoir celui qu’elle aime
Elle revient sur ses pas,
Et lui dit : Ma tombe est verte !
Sur cette terre déserte
Qu’attends-tu ? Je n’y suis pas !

C’est un ami de l’enfance,
Qu’aux jours sombres du malheur
Nous prêta la Providence
Pour appuyer notre cœur ;
Il n’est plus ; notre âme est veuve,
Il nous suit dans notre épreuve
Et nous dit avec pitié :
Ami, si ton âme est pleine,
De ta joie ou de ta peine
Qui portera la moitié ?

C’est l’ombre pâle d’un père
Qui mourut en nous nommant ;
C’est une soeur, c’est un frère,
Qui nous devance un moment ;
Sous notre heureuse demeure,
Avec celui qui les pleure,
Hélas ! ils dormaient hier !
Et notre coeur doute encore,
Que le ver déjà dévore
Cette chair de notre chair !

L’enfant dont la mort cruelle
Vient de vider le berceau,
Qui tomba de la mamelle
Au lit glacé du tombeau ;
Tous ceux enfin dont la vie
Un jour ou l’autre ravie,
Emporte une part de nous,
Murmurent sous la poussière :
Vous qui voyez la lumière,
Vous souvenez-vous de nous ?

Ah ! vous pleurer est le bonheur suprême
Mânes chéris de quiconque a des pleurs !
Vous oublier c’est s’oublier soi-même :
N’êtes-vous pas un débris de nos coeurs ?

En avançant dans notre obscur voyage,
Du doux passé l’horizon est plus beau,
En deux moitiés notre âme se partage,
Et la meilleure appartient au tombeau !

Dieu du pardon ! leur Dieu ! Dieu de leurs pères !
Toi que leur bouche a si souvent nommé !
Entends pour eux les larmes de leurs frères !
Prions pour eux, nous qu’ils ont tant aimé !

Ils t’ont prié pendant leur courte vie,
Ils ont souri quand tu les as frappés !
Ils ont crié : Que ta main soit bénie !
Dieu, tout espoir ! les aurais-tu trompés ?

Et cependant pourquoi ce long silence ?
Nous auraient-ils oubliés sans retour ?
N’aiment-ils plus ? Ah ! ce doute t’offense !
Et toi, mon Dieu, n’es-tu pas tout amour ?

Mais, s’ils parlaient à l’ami qui les pleure,
S’ils nous disaient comment ils sont heureux,
De tes desseins nous devancerions l’heure,
Avant ton jour nous volerions vers eux.

Où vivent-ils ? Quel astre, à leur paupière
Répand un jour plus durable et plus doux ?
Vont-ils peupler ces îles de lumière ?
Ou planent-ils entre le ciel et nous ?

Sont-ils noyés dans l’éternelle flamme ?
Ont-ils perdu ces doux noms d’ici-bas,
Ces noms de soeur et d’amante et de femme ?
A ces appels ne répondront-ils pas ?

Non, non, mon Dieu, si la céleste gloire
Leur eût ravi tout souvenir humain,
Tu nous aurais enlevé leur mémoire ;
Nos pleurs sur eux couleraient-ils en vain ?

Ah ! dans ton sein que leur âme se noie !
Mais garde-nous nos places dans leur cœur ;
Eux qui jadis ont goûté notre joie,
Pouvons-nous être heureux sans leur bonheur ?

Etends sur eux la main de ta clémence,
Ils ont péché; mais le ciel est un don !
Ils ont souffert; c’est une autre innocence !
Ils ont aimé; c’est le sceau du pardon !

Ils furent ce que nous sommes,
Poussière, jouet du vent!

Fragiles comme des hommes,
Faibles comme le néant !
Si leurs pieds souvent glissèrent,
Si leurs lèvres transgressèrent
Quelque lettre de ta loi,
Ô Père! ô juge suprême !
Ah ! ne les vois pas eux-mêmes,
Ne regarde en eux que toi !

Si tu scrutes la poussière,
Elle s’enfuit à ta voix !
Si tu touches la lumière,
Elle ternira tes doigts !
Si ton oeil divin les sonde,
Les colonnes de ce monde
Et des cieux chancelleront :
Si tu dis à l’innocence :
Monte et plaide en ma présence !
Tes vertus se voileront.

Mais toi, Seigneur, tu possèdes
Ta propre immortalité !
Tout le bonheur que tu cèdes
Accroît ta félicité !
Tu dis au soleil d’éclore,
Et le jour ruisselle encore !
Tu dis au temps d’enfanter,
Et l’éternité docile,
Jetant les siècles par mille,
Les répand sans les compter !

Les mondes que tu répares
Devant toi vont rajeunir,
Et jamais tu ne sépares
Le passé de l’avenir ;
Tu vis ! et tu vis ! les âges,
Inégaux pour tes ouvrages,
Sont tous égaux sous ta main ;
Et jamais ta voix ne nomme,
Hélas ! ces trois mots de l’homme :
Hier, aujourd’hui, demain !

Ô Père de la nature,
Source, abîme de tout bien,
Rien à toi ne se mesure,
Ah ! ne te mesure à rien !
Mets, à divine clémence,
Mets ton poids dans la balance,
Si tu pèses le néant !
Triomphe, à vertu suprême !
En te contemplant toi-même,
Triomphe en nous pardonnant !

Verónica del Carpio Fiestas

El silencio y el canto de las sirenas

El canto de las sirenas es peligroso ya se sabe. Pero ¿y su silencio? De T.S. Elliot a Franz Kafka.

Empecemos por T. S. Elliot (1898-1965):

«I have heard the mermaids singing, each to each.
I do not think that they will sing to me

He oído cantar a las sirenas, pero no creo que canten para mí» (traducción libre)]

Son dos versos del impresionante poema de T.S. Elliot «The Love Song of J. Alfred Prufrock«, texto completo en el original inglés aquí y una traducción al castellano aquí.

Y vayamos a Kafka (1888-1924), al cuento póstumo «El silencio de las sirenas«, del que se transcribe a continuación un párrafo (texto completo en castellano del cuento, en este enlace):

«Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio«.

Verónica del Carpio Fiestas

Motivos para vestir de negro según Camilo José Cela y según Johnny Cash

«El ciudadano Iscariote Reclús«, novela corta del escritor español, premio Nobel, Camilo José Cela (1916-2002), publicada en 1965 en Ed. Alfaguara. El fragmento que se va a transcribir es un epígrafe del capítulo 12 [«Conducta higiénica (interior y exterior)»]. De la novela hay reedición de 2018 dentro del libro «Santa Balbina, 37, gas en cada piso y otras novelas cortas«. Iscariote Reclús, cuyo nombre «real» es Saturnino Cabezón y López-Monachil, de profesión cobrador de la luz primero y luego cultivador de melones, es barbudo, esperantista, espiritista, filatélico, anarquista, vegetariano, polígamo, aficionado a la gimnasia y procedentes de sucesivas transmigraciones, entre otras cosas.

«El pie desnudo y la indumentaria enlutada.

El mayor Worm-Hole, el de las normas acromáticas, aconsejaba andar descalzo para que la inspiración del chorro de la vida nutriese directamente de los efluvios de la tierra, esto es, de las radiaciones recibidas por vía higiénica natural. El ciudadano Iscariote no lo ignoraba, aunque, claro, tampoco podía seguir el mandato al pie de la letra; en la compañía de la luz no le hubiesen permitido ir por las casa descalzo, apuntando contadores y cobrando facturas. El ciudadano Iscariote Reclús, para aunar los principios con la obligación, calzaba sandalias sin calcetines, que es punto menos que ir con el pie desnudo. Cada profesión tiene sus servidumbres y contra ella nada vale querer rebelarse; las cosas hay que tomarlas con paciencia y según vienen.

-¿Incluso entre ciudadanos?

-Sí, señor, incluso entre ciudadanos. Esto de ser ciudadanos es una voluntad cívica, en ningún caso un hecho diferencial.

-Usted perdone.

El ciudadano Iscariote Reclús vestía siempre de luto, en señal de protesta por los crímenes de los sojuzgadores de la humanidad; la higiene del karma, el saber mantenerlo libre de contaminación, no es menos necesaria que la higiene del cuerpo. Como en Europa y en la edad contemporánea, el luto se expresa tiñendo la indumentariade negro (lutos en ocho horas), el Iscariote, que habitaba en la península ibérica, andaba de viuda«.


«Man in black«, canción de 1971 del cantante y compositor estadounidense Johnny Cash (1932-2003). Suele considerarse «canción protesta».

«Well, you wonder why I always dress in black,
Why you never see bright colors on my back,
And why does my appearance seem to have a somber tone.
Well, there’s a reason for the things that I have on.

I wear the black for the poor and the beaten down,
Livin’ in the hopeless, hungry side of town,
I wear it for the prisoner who has long paid for his crime,
But is there because he’s a victim of the times.

I wear the black for those who never read,
Or listened to the words that Jesus said,
About the road to happiness through love and charity,
Why, you’d think He’s talking straight to you and me.

Well, we’re doin’ mighty fine, I do suppose,
In our streak of lightnin’ cars and fancy clothes,
But just so we’re reminded of the ones who are held back,
Up front there ought ‘a be a Man In Black.

I wear it for the sick and lonely old,
For the reckless ones whose bad trip left them cold,
I wear the black in mournin’ for the lives that could have been,
Each week we lose a hundred fine young men.

And, I wear it for the thousands who have died,
Believen’ that the Lord was on their side,
I wear it for another hundred thousand who have died,
Believen’ that we all were on their side.

Well, there’s things that never will be right I know,
And things need changin’ everywhere you go,
But ‘til we start to make a move to make a few things right,
You’ll never see me wear a suit of white.

Ah, I’d love to wear a rainbow every day,
And tell the world that everything’s OK,
But I’ll try to carry off a little darkness on my back,
‘Till things are brighter, I’m the Man In Black.»

«El hombre de negro«, por Loquillo con Andrés Calamaro, Enrique Bunbury y Jaime Urrutia.

Verónica del Carpio Fiestas

Dos carpe diem: coged de vuestra primavera el dulce fruto porque how far can you travel when you´re six feet underground

Desde el carpe diem original de Horacio, ya sabe, ese de la Oda que puede encontrar, por ejemplo, aquí, han sido muchos los carpe diem. Y voy a incluir dos ejemplos con varios siglos de diferencia y de contextos culturales y enfoque bien diversos:

  • el soneto XXIII del poeta español Garcilaso de la Vega (¿1501?-1536)
  • y una cancioncilla estadounidense de 1949 titulada «Enjoy yourself«, esncantadoramente contraria a la ética protestante, y de la que circulan versiones con variantes de texto, y que aquí pondré duplicada
    • en la versión deliciosamente cantada nada menos que por una encantadora y nada cursi Doris Day
    • y una escena de la maravillosa, inteligente y divertida película de Woody Allen «Everyone says I love you«, un musical, ahí es nada, con los muertos levantándose los ataúdes en el tanatorio para avisar a los vivos, cantando y bailando, de la importancia de disfrutar de esta vida que pasa en un parpadeo.

¿Es muy herético o muy poco intelectual declarar que me parece que la cancioncilla estadounidense trasmite mucha más alegría de vivir y ganas de pasarlo bien mientras se pueda? Teniendo en cuenta, además, un detallito nada menor: que algunos carpe diem, por ejemplo, de esos dirigidos a mujeres jóvenes y hermosas, podría decirse que tienen más bien poco de desinteresados y bastante de barrer para adentro en beneficio directo de quien anima a disfrutar de la vida, ahí el acto séptimo de La Celestina, y hasta quizá lo de Garcilaso y Horacio (¿o no?). Me convence más lo que dice quien anima a disfrutar de la vida sin le beneficie personalmente en nada que el oyente se anime a disfrutar de la vida…

Garcilaso de la Vega, SONETO XXIII, enlace aquí

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
el oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

Enjoy Yourself (It’s later than you think)

You work and work for years and years, you’re always on the go
You never take a minute off, too busy making dough
Someday, you say, you’ll have your fun, when you’re a millionaire
Imagine all the fun you’ll have in your old rockin’ chair

Enjoy yourself, it’s later than you think
Enjoy yourself, while you’re still in the pink
The years go by, as quickly as a wink
Enjoy yourself, enjoy yourself, it’s later than you think

You’re gonna take that ocean trip, no matter, come what may
You’ve got your reservations made, but you just can’t get away
Next year for sure, you’ll see the world, you’ll really get around
But how far can you travel when you’re six feet underground?

You worry when the weather’s cold, you worry when it’s hot
you worry when you’re doing well
You worry when you’re not
It’s worry worry all the time
You don’t know how to laugh
They’ll thing of something funny when
They write your epitaph.

Enjoy yourself, it’s later than you think
Enjoy yourself, while you’re still in the pink
The years go by, as quickly as a wink
Enjoy yourself, enjoy yourself, it’s later than you think

 

Y es que esto son dos telediarios, y la mitad de los días están nublados. Carpe diem. Disfruta de la vida, que dura lo que dura un parpadeo. Enjoy yourself.

Cuestión muy distinta es qué entendemos por «disfrutar de la vida». Porque que el disfrute sea del tipo más burdamente hedonista y/o egoísta, o de tipo epicúreo, o de tipo estoico, o de plantearse que hay que escoger los objetivos importantes sabiendo que la vida es corta y estar dispuesto a luchar por ellos y en efecto llevarlo a cabo, eso ya es otro tema y allá cada cual…

Verónica del Carpio Fiestas

anfisbena5 para firma

 

Pero ¿por qué estaba polvorienta el arpa del poema de Bécquer?

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga «Levántate y anda»!

La Rima VII de Gustavo Adolfo Bécquer ya sé que es una metáfora de la inspiración, de la musa y de todas esas cosas, pero voy a hacer un comentario de este poema con otra perspectiva, muy literal. Y muy, pero que muy, prosaica.

El arpa era instrumento clásico de la época del Romanticismo español. Veamos la descripción de un arpa romántica, de hacia 1840, del Museo del Romanticismo de Madrid:

arpa-erard

Dimensiones Altura = 178 cm; Anchura = 45 cm; Profundidad = 91 cm
Clavijero: Longitud = 102 cm
Descripción Arpa de estilo neogótico con tabla armónica compuesta por una lámina de madera colocada en sentido horizontal, 46 cuerdas y 7 pedales de doble movimiento. La encordadura está sujeta directamente en la pestaña del cuerpo sonoro. Columna decorada con panes de oro y capitel con capillas que albergan ángeles con filacterias, uno con una corneta y otro con un arpa de brazo. Pies en forma de garra en la parte delantera, y en la posterior con forma de tigre.
Este arpa de la casa parisina Erard es, tanto organológica como estilísticamente, un instrumento plenamente romántico. Su decoración es característica de los modelos que la manufactura realizó a mediados de siglo.
La casa Erard, fundada por Sebastián Erard, se especializó en la manufactura de pianos y arpas. Como figura en el clavijero de este ejemplar, era proveedor de la Casa Real francesa. En España se conservan varias arpas de esta manufactura.
Junto con el piano, el arpa será uno de los instrumentos más característicos del Romanticismo. En este momento se produce un redescubrimiento del mismo y será muy común escucharlo en las reuniones sociales de la época.
Datación 1840[ca]

Aparte de que el arpa se considerara instrumento femenino (¿o ha leído usted muchas novelas del siglo XIX español en las que un varón toque el arpa, salvo músicos profesionales italianos como por ejemplo en «El amigo Manso» o «Tristana» de Pérez Galdós?), en el ámbito doméstico requería espacio para ubicarla, dinero para comprarla y posibilidad de ocio y de formación para mujeres, y nada de eso concurría en la inmensa mayoría de la población. El arpa en la época de Romanticismo -o en el postromanticismo de la época de Bécquer- era básicamente instrumento femenino, urbano, burgués acomodado o aristocrático, tocado por señoritas de buena familia de quienes se suponía que, como educación -esa limitadísima y triste educación que entonces se impartía a las mujeres en teoría privilegiadas para ser además inmediatamente olvidada tras casarse y no digamos ya tras empezar a tener hijos- tenían que aprender a cantar, a tocar un instrumento y a dibujar, y exhibirse socialmente con esas habilidades en las reuniones sociales como vía para demostrar que eran aptas para la vida social, es decir, para encontrar marido.

O sea, las mismas jóvenes socialmente minoritarias con «manos de nieve», o sea, manos blancas y cuidadas, porque no trabajaban en las durísimas labores domésticas de esa época sin lavadoras ni aspiradoras ni guantes de fregar y en la que el moreno por el sol era notorio signo de pertenencia a clase trabajadora cuando prácticamente el único trabajo posible para la mujer era el manual.

Y el arpa se encontraba en viviendas burgueses acomodadas o aristocráticas, con sitio para un instrumento tan voluminoso. Es decir, casas con espacios de reunión y recepción, los salones, donde se repetía el rito social de las visitas y las reuniones sociales y la señorita de la casa se lucía tocando el arpa para poner así de manifiesto ante posibles candidatos a su blanca mano su aptitud como futura esposa.

Y en esas casas, y en todas las casas mínimamente acomodadas, había criadas, con frecuencia numerosas porque eran baratas. Unas criadas entre cuyas sus funciones se encontraba limpiar el polvo, la mínima limpieza, como aparece en novelas del XIX, incluyendo los Episodios Nacionales y otras obras de Pérez Galdós. Busque en Google «Pérez Galdós» y «limpiar el polvo» y lo verá: en «Tormento«, en «Misericordia«, en varios «Episodios nacionales«.

¿Y nos dice Bécquer que en una casa burguesa o aristocrática, con criadas, una enorme, llamativa y cara arpa romántica iba a estar llena de polvo, y nada menos que en el salón,  justo en zona de recepción pública, a la vista de frecuentes visitas criticonas que cotorrearían la desidia de las mujeres de esa casa en la siguiente casa que visitaran, y simplemente porque «tal vez» ya se haya aburrido de tocar el arpa la joven casadera cuyas aptitudes como buena ama de casa precisamente habrían de ser valoradas por los posibles candidatos a su mano?

Venga ya. Que nos lo expliquen.

Si supiera escribir cuentos escribiría uno apasionante sobre cómo y por qué en una casa burguesa o aristocrática de la España romántica sus habitantes se hallaban en tal situación de degradación moral o de tristeza que les resultaba indiferente dejar un arpa polvorienta a la vista de cualquiera y sabiendo además que la hija de la casa estaba pendiente de encontrar marido. Pero como no sé escribir cuentos solo he sido capaz de escribir este aburrido y extraño post. Qué se le va a hacer.

Verónica del Carpio Fiestas

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Hablar por no callar (post de autocrítica)

«Los sabios han dicho: «Calla, que es más seguro; evita hablar en balde o te arrepentirás». Se cuenta que cuatro sabios fueron convocados al consejo del rey y que este les dijo:
-Diga cada uno de vosotros una sentencia que encierre un principio para la instrucción.
Y el primero dijo:
-La mayor virtud del sabio es callar.
Y el segundo dijo:
-Lo que más aprovecha a la criatura racional es saber si su rango procede de su entendimiento.
Y el tercero dijo:
-Lo que más conviene al hombre es no hablar de lo que no le incumbe.
Y el cuarto dijo:
-Lo que más sosiega al hombre es aceptar el destino.
Y que una vez se reunieron los reyes del mundo, el de China, el de India, el de Persia, el de Roma y dijeron:
-Cada uno de nosotros debe decir una frase que perpetúe su nombre.
El rey de China dijo:
-Yo digo que no diré nada… Así nadie será más grande que yo refutando mi dicho.
El rey de India dijo:
-Me maravillo de que alguien hable, porque si es por él nada le vale y si es contra él puede destruirle.
El rey de Persia dijo:
-Si hablo la palabra es mi dueña pero si callo yo soy su dueño.
El rey de Roma dijo
-Nunca te arrepentirás de lo que no has dicho; siempre puedes arrepentirte de lo que has dicho.
Para los reyes el silencio es mucho mejor que la logorrea. De esta nada provechoso puede venirles. El ser humano suele perderse por la lengua.».

Calila y Dimna

Fragmento de «Calila y Dimna«, recopilación tradicional oriental. Traducción y edición de Marcelino Villegas de la versión de Abdalá Benalmocaffa (ca.720-ca 759), en Alianza Editorial.

 

«El buen sentido recomienda que no se hable en público más que cuando se tiene algo útil y nuevo que decir. Pero ¿y si no tenemos nada que decir? preguntan los charlatanes. Entonces guardad silencio, aconseja la razón

Voltaire cuarenta escudos«El hombre de los cuarenta escudos«, cuento de Voltaire, 1768.

«Opinión de mierda» canción del grupo español «Los Punsetes«, 2014.

Verónica del Carpio Fiestas

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La política según Fígaro

«CONDE.-Con tu carácter y tu viveza podrías hacer una buena carrera.

FÍGARO.- Monseñor se ríe de mí; son los mediocres y los arribistas los que tienen más éxito.

CONDE.-…Solo necesitarías estudiar un poco la política.

FÍGARO.-¡La conozco muy bien: fingir ignorancia de lo que se sabe; saber todo lo que en realidad se ignora; escuchar lo que no se entiende; guardar como gran secreto lo que ni siquiera existe; parecer profundo aunque uno esté vacío; fingirse un personaje; pagar con dinero espías y traidores; interceptar cartas; ennoblecer la pobreza de medios con la importancia de los asuntos!…¡Esa es la política, y si no, que me maten!

CONDE.-Eso que tú defines es la intriga.

FÍGARO.-La politica y la intriga, monseñor, son hermanas gemelas.»

Es un fragmento de «Las bodas de Fígaro», comedia ambientada en España del autor francés Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, acto tercero, escena segunda, en la traducción al castellano y adaptación de L.F. de Igoa, publicada en Madrid en 1972.

En esa fecha en España se estaba en plena dictadura de Franco.

Muy interesante que esta definición de política se publicara y se utilizara en un programa de teatro grabado de una televisión oficial (todas las televisiones eran oficiales entonces), en mayo de 1967. Incluyo un enlace a esa grabación del programa de televisión, porque la versión, divertida, deliciosa y dignísima,  con estupendos actores, tiene un encanto especial, y demuestra cómo se puede hacer televisión que sea cultura con las obras clásicas con medios precarios; en el vídeo figura el dato de las fechas de grabación y emisión, hace cincuenta años. La escena figura en el minuto 39 y siguientes de la grabación, y casi idéntica a la versión impresa transcrita.

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Pero no es solo que se encantadora esa versión de la obra cómica de Beaumarchais; es que contiene esa definición de política emitida en 1967, en plena dictadura, y de una obra escrita en 1778 que en su origen en Francia fue prohibida y censurada varios años por considerarse un ataque a los privilegios de la nobleza, con referencia incluso al derecho de pernada, y a la Justicia corrupta, y que adelanta los nuevos aires de la Revolución Francesa. Una obra ambientada, además, en España.

No sé si considerar la inclusión de este fragmento en la versión grabada y emitida por televisión en 1967 y en la publicada en 1972 como una pulla que se consiguió colar a los censores en España, con el pretexto de que se trataba de una obra clásica de la Literatura Universal, pese a que en su día fue censurada en Francia, o bien como un reflejo de la cínica frase que la leyenda o la Historia atribuyen a Franco como dirigida a algún preboste del régimen que varía segun las versiones. Ya sabe, esa frase tan famosa de «Usted haga como yo y no se meta en política»…

Incluyo enlace aquí a una edición impresa de la obra completa «La Folle Journée ou Le Mariage de Figaro» en francés, y aquí enlace directo a la escena concreta en francés que es la escena 5 del acto III.

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«LE COMTE.  Avec du caractère et de l’esprit, tu pourrais un jour t’avancer dans les bureaux.
FIGARO. De l’esprit pour s’avancer? Monseigneur se fit du mien. Médiocre et rampant, et l’on arrive à tout.
LE COMTE. … Il ne faudrait qu’étudier un peu sous moi la politique.
FIGARO. Je la sais.
LE COMTE. Comme l’anglais, le fond de la langue!
FIGARO. Oui, s’il y avait ici de quoi se vanter. Mais feindre d’ignorer ce qu’on sait, de savoir tout ce qu’on ignore ; d’entendre ce qu’on ne comprend pas, de ne point ouïr ce qu’on entend ; surtout de pouvoir au-delà de ses forces ; avoir souvent pour grand secret de cacher qu’il n’y en a point; s’enfermer pour tailler des plumes, et paraître profond quand on n’est, comme on dit, que vide et creux; jouer bien ou mal un personnage, répandre des espions et pensionner des traîtres ; amollir des cachets, intercepter des lettres, et tâcher d’ennoblir la pauvreté des moyens par l’importance des objets : voilà toute la politique, ou je meure!
LE COMTE. Et! C’est l’intrigue que tu définis!
FIGARO. La politique, l’intrigue, volontiers ; mais, comme je les crois un peu germaines, en fasse qui voudra! J’aime ma mie, à gué! Comme dit la Chanson du bon Roi.«

¿Quiere saber si Da Ponte y Mozart incluyeron este fragmento en su adaptación de «La Folle Journée ou Le Mariage de Figaro» en la ópera «Le nozze de Figaro«, de 1786? He comprobado el libreto aquí  en versión bilingüe en italiano y castellano y aquí en italiano, y salvo error,  este fragmento no figura, ni nada parecido. Curioso.

Hay que ver cómo cambia la perspectiva de esta ópera sabiendo que la obra  de Beamarchais fue considerado un ataque a la nobleza y la política de la época, y, además, que este fragmento en el que se critica la política se omitió en la ópera…

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Verónica del Carpio Fiestas

Album Primo‒Avrilesque de Alphonse Allais, del año 1897

¿Ha oído usted hablar del «Album Primo‒Avrilesque«, publicado en París en 1897 por el artista multidisciplinar francés Alphonse Allais? Más aún, ¿ha oído siquiera hablar del artista multidisciplinar francés Alphonse Allais?

Yo tampoco. Me acabo de enterar de que existen ese «Album Primo‒Avrilesque» y su autor Alphonse Allais. Y acabo de saber ahora también que

  • mucho antes que «Cuadrado Negro» y «Blanco sobre blanco» de Kasimir Malévich, de 1915 y 1918, ese tal Alphonse Allais pintó obras monocromáticas, con enorme sentido del humor, y que además, por si ello fuera poco, resulta que Alphonse Allais no fue el primero que lo hizo
  • y que mucho, mucho, muchísimo antes, de la famosa obra musical sin notas 4’33» de John Cage, de 1962, ese mismo Alphonse Allais escribió una obra musical sin notas, «Marcha fúnebre para el funeral de un gran hombre sordo«, y justificándolo con que «los grandes dolores son mudos«.

Y que todo ello figura en un breve folleto de pocas páginas, de 1897, titulado «Album Primo‒Avrilesque«.

Muy curiosa la diferencia de enfoque: con exactamente el mismo contenido, Allais se ríe y se toma todo a broma mientras que Malévitch y John Cage se toman a sí mismos muy en serio y se ponen filosóficos o trascendentes.

Quienes se escandalizan, aún ahora, de  obras musicales sin notas ya de hace más de cinco décadas y de pinturas que solo son lienzos monocromáticos que, como los de Malévitch, ya tienen cien años,  es bueno que sepan que ya se hacía todo eso incluso mucho antes de John Cage y de Malévitch. Pero mucho quiere decir nada menos que sesenta y cinco años antes en el caso de obras musicales sin notas.

Pdf al texto completo del folleto obtenido de la web de la Biblioteca Nacional de Francia:  Album_primo-avrilesque_Allais_Alphonse_btv1b86263801. Enlace a esa misma biblioteca, donde se puede ver y descargar el folleto, aquí.

Consiste el folleto «Album Primo‒Avrilesque» de Alphonse Allais en siete imágenes monocromas enmarcadas, con un título puesto por el autor, más la obra musical sin notas «Marcha fúnebre para el funeral de un gran hombre sordo» y unos breves prefacios del autor; «espirituales» esos prefacios, según adjetivo del propio Alphonse Allais, y el segundo prefacio «casi tan espiritual como el primero». Tres de los títulos de los cuadros: «Combate de negros en una cueva de noche» (cuadro negro, que dice el «Album» que es reproducción de la obra de otro autor que no se menciona), «Primera comunión de chicas anémicas en tiempo de nieve» (cuadro blanco) y «Cosecha del tomate por cardenales apopléticos al borde del Mar Rojo» (cuadro rojo). Me queda la duda de si alguno de esos cuadros de verdad se expuso en una exposición, como dice el autor y veo por la web, o si es otra broma más del autor; casi prefiero prescindir de la realidad y pensar que es otra broma.

Por mi parte tampoco conocía esa obra previa de color negro que Alphonse Allais dice reproducir, ni a ese otro autor que la pintó; navegando por la web, veo que debe de ser  una obra del también para mí desconocido Paul Bilhaud, o sea, que nos vamos ya nada menos que a 1882 para una obra de color únicamente negro.

A continuación reproduzco el folleto completo. Ya que afirma Alphonse Allais en el propio folleto «Album Primo‒Avrilesque» que su obra hablaría por él, no voy a añadir nada; que hable su obra.

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El folleto acaba con una referencia a otras obras del mismo Alphonse Allais más un arabesco.

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Verónica del Carpio Fiestas

El paraíso

Hay otros mundos, pero están en este. Cita clásica de Paul Éluard. Según unos cita apócrifa, según otros cita verdadera, según otros una cita que en realidad incluye otra cita. Me da igual. Porque las cosas no son mas o menos verdad por el mero hecho de que un poeta famoso haya acuñado o no en realidad una expresión que recoja un concepto afortunado.

¿Hay otros mundos? ¿Y están en este? Eso no tiene respuesta. Pero lo que sí es seguro es que el paraíso también puede estar aquí, y se puede escuchar. Escuche estas dos versiones del paraíso.

Hildegard von Bingen (1098-1179)

Gabriel Fauré (1845-1924)

El paraíso, con casi ocho siglos de diferencia.

Verónica del Carpio Fiestas

Gaudeamus igitur

gaudeamos igiturQuien esto lea puede encontrar fácilmente en la web copiosa información sobre el Gaudeamus igitur. Que se trata de un himno universitario prácticamente universal, y perdón por la redundancia. Que su origen próximo en letra y música parece encontrarse en el siglo ¿XVIII? de Alemania, en cuyas universidades empezaron a cantarlo los estudiantes (varones, claro, porque otra posibilidad no había), con origen remoto de la letra en el ¿siglo XIII? Que su texto, en latín más o menos macarrónico, no es un canto al saber, sino dos cosas entremezcladas: una especie de carpe diem, un poema bellísimo pero jocoso a una vida que pasa enseguida y que hay que disfrutar con alegría mientras se es joven, incluyendo en el disfrute, parece entenderse, a las mujeres hermosas y fáciles y también a las otras, las buenas y trabajadoras -los estudiantes que cantaban esto, claro, varones jóvenes, ya se ha dicho, en esto y en otros cuantos puntos no podrian considerarse hoy políticamente correctos-  y además un canto a ese mundo común que es la Universidad, en la que conviven y se van sucediendo las generaciones.

En un acto académico solemne resulta difícil escucharlo sin sentir un escalofrío al percibir eso: el peso de las generaciones que se suceden en el saber. Incluso siendo consciente de que lo que se canta con tono solemne y con rostros y en entornos muy serios resulta ser una canción con texto escasamente serio o solemne, que empezaron a cantar estudiantes vaya usted a saber si gamberros en contextos más bien poco académicos.

Sí, se oye con un escalofrío; el mismo escalofrío que se siente al intentar buscar una versión buena en internet y encontrar en Youtube innumerables versiones.

De acompañamientos, cuando hay, casi de todo: piano, orquesta, órgano. En cuanto al ritmo y al volumen, también. Pero sobre todo, y a eso voy, lo que se escucha es la misma canción cantada por personas -ahora sí muchas veces hombres y mujeres, juntos- del mundo universitario en todo el mundo, personas que tienen como lenguas maternas las más variadas, lo que propicia los más variados acentos cuando se canta en una misma lengua muerta. La «g» de «igitur» fuerte o débil, los más variopintos sonidos para las eses y las erres, las vocales más o menos abiertas al azar. Una verdadera delicia.

Sí, una delicia, sin ironía. La variedad de acentos al cantar en un idioma muerto, en voces juveniles y adultas, de hombres y mujeres, unidas en la diversidad, no puede por menos que sugerir la unidad en la diversidad. La unidad en la busqueda de una vida feliz sin hacer daño a nadie y de un saber pleno. Maravilloso y conmovedor.

En sí mismo y también en contraste con otros símbolos.

En la Ciudad Universitaria de Madrid  está situado un grupo escultórico de la escultora norteamericana Ana Huttington llamado «Los portadores de la antorcha«, de 1954. Información, en este enlace.

Antorcha 3 1947

Foto obtenida en Web Campus Husso Digital http://open.ieec.uned.es/HussoDigital/?page_id=187

Representa a un hombre joven que, a caballo, recoge una antorcha de la mano de un hombre de más edad, exhausto o medio muerto, tirado en el suelo. Con reminiscencias, parece, del fuego sagrado del mito de Prometeo y esas cosas, suele considerarse como un emblema de la transmisión del saber, y así lo venía considerando yo misma, sin darle muchas vueltas, como algo consabido.

Pero, como me dijo sensatamente un amigo, con un punto de vista distinto, mejor sería que el joven se bajara del caballo y ayudara al otro pobrecillo dándole siquiera un vaso de agua y un bocadillo, en vez de dejarlo tirado.

Y sí, me parece que lleva razón. Una imagen de la transmisión del conocimiento que olvida a las personas, como si el saber fuera algo superior a las propias personas y por el que se debe prescindir de éstas cuando ya han cumplido su labor, o, peor, su funcion como meros instrumentos, no es algo que -para gustos se han hecho los colores- personalmente pueda compartir. ¿El beneficio colectivo a costa del individual? Noooo. Porque la descripción del grupo escultórico podría ser otra: un hombre necesitado de ayuda es abandonado por otro más joven y fuerte, que tiene otra cosa más importante que hacer que ayudar a un hombre necesitado de ayuda. ¿Por qué esa descripción habitual del grupo escultórico que empieza describiendo al joven, en vez de al caído, o que olvida que este queda solo? Wikipedia: «La estatua muestra a un joven a lomos de un caballo recogiendo una antorcha de manos de un débil anciano que yace en el suelo. Representa la transmisión del conocimiento entre generaciones«. No.

Mucho mejor ese otro símbolo universitario, el del Gaudeamus igitur: todos juntos, adelante, generaciones unidas y alegría de vivir, aunque vayamos a morir. Gaudeamus igitur. Alegrémonos pues.

Y alégrese quien esto lea buscando en Youtube versiones. Lo que me he reído con alguna versiones.

Y para que se vaya riendo, el texto del Gaudeamus igitur, con la traducción -discutible- en versión -discutible- de Wikipedia. Porque esto o algo parecido, sexo y diablo incluidos, se canta, aunque más o menos expurgado o abreviado o variado, en los actos más solemnes en las universidades. No solo resulta conmovedor; es que tiene su gracia.

Latín Español
Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus. (bis)
Post iucundam iuventutem,
post molestam senectutem,
nos habebit humus.
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Tras la divertida juventud,
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra.
Ubi sunt qui ante nos
in mundo fuere?
Vadite ad superos,
Transite ad inferos,
ubi iam fuere.
¿Dónde están los que antes que nosotros
pasaron por el mundo?
Subid al mundo de los cielos,
descended a los infiernos,
donde ahora se encuentran.
Vita nostra brevis est,
breve finietur.
Venit mors velociter,
rapit nos atrociter,
nemini parcetur.
Nuestra vida es corta,
en breve se acaba.
Viene la muerte velozmente,
nos arrastra cruelmente,
no respeta a nadie.
Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat membrum quodlibet,
vivant membra quaelibet,
semper sint in flore.
Viva la Universidad,
vivan los profesores.
Vivan todos y cada uno
de sus miembros,
resplandezcan siempre.
Vivant omnes virgines,
faciles, formosae
vivant et mulieres
tenerae, amabiles
bonae, laboriosae.
Vivan todas las vírgenes,
fáciles, hermosas!
vivan también las mujeres
tiernas, amables,
buenas y trabajadoras.
Vivat nostra societas!
Vivant studiosi!
Crescat una veritas,
floreat fraternitas,
patriae prosperitas.
¡Viva nuestra sociedad!
¡Vivan los que estudian!
Que crezca la única verdad,
que florezca la fraternidad
y la prosperidad de la patria.
Vivat et res publica,
et qui illam regit.
Vivat nostra civitas,
Maecenatum charitas,
quae nos hic protegit.
Viva también el estado,
y quien lo dirige.
Viva nuestra ciudad,
y la generosidad de los mecenas
que aquí nos acoge.
Pereat tristitia,
pereant osores.
Pereat diabolus,
quivis antiburschius,
atque irrisores.
Muera la tristeza,
mueran los que odian.
Muera el diablo,
Cualquier persona en contra de los estudiantes,
y quienes se burlan.
Quis confluxus hodie
Academicorum?
E longinquo convenerunt,
Protinusque successerunt
In commune forum.
¿Por qué hoy tal multitud
de académicos?
A pesar de la distancia están de acuerdo,
Superando el pronóstico del tiempo
En un foro común.
Alma Mater floreat
quae nos educavit,
caros et conmilitones
dissitas in regiones
sparsos congregavit.
Florezca la Universidad
que nos ha educado,
y ha reunido a los queridos compañeros
que por regiones alejadas
estaban dispersos.

Y por incluir una versión cantada en España, el Gaudeamus igitur por el coro de la Universidad Politécnica de Madrid, en enlace que incluye un texto más breve con traducción diferente. Y cantada con un acento que sorprendería a estudiantes alemanes, pero da igual que les pueda sorprender. Mejor dicho, no da igual; es mejor.

Verónica del Carpio Fiestas

Romance del prisionero

Que por mayo era por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor,

sino yo, triste, cuitado,

que yago en esta prisión,

que ni sé cuando es de día

ni cuando las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero,

¡déle Dios mal galardón!

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Cancionero general / recopilado por Hernando del Castillo (Valencia, 1511); sale nuevamente a la luz en facsímile por acuerdo de la Real Academia Española; con una introducción bibliográfica, índices y apéndices por Antonio Rodríguez Moñino

De este hermosísimo romance, que suele datarse hacia el siglo XV, hay varias versiones. La que he transcrito no es exactamente la recopilada en ese «Cancionero General», disponible en internet, que es esta otra:

Que por mayo era por mayo

cuando los grandes calores

cuando los enamorados

van a servir a sus amores

sino yo, triste, mezquino,

que yago en estas prisiones

que ni sé cuando es de día

ni menos cuando es de noche

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero,

déle Dios mal galardón.

Qué más da la versión que sea. Y para qué tapar la perenne belleza de unos versos de ¿unos seiscientos años? con erudición de trapillo, con comentarios de texto o con ocurrencias. Sí, hablando de ocurrencias, había pensando poner esto en relación con el Estado de Derecho -tenemos un prisionero de verdad, en un calabozo muy parecido en su soledad a celdas de aislamiento y en evidente situación de indefensión-, pero para qué. Disfrutemos de lo que la Literatura nos ofrece, una Literatura que no deja de ser bellísima por figurar en cualquier antología.

Y a quien no le gusta leer, quizá le guste la música. Cómo sería la música con la que que este romance anónimo se cantaba hace siglos -si es que se cantaba con música-, no lo sé. A falta de eso, hay una versión de este romance anónimo, dulcísima, por Amancio Prada.

Y si con romances estamos, no puedo dejar de poner otra música, otro romance, no ya del Romancero Viejo, sino de Juan del Enzina, «Más vale trocar», enlace, aquí. ¿Sería parecida la música a la del triste romance anónimo?

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Verónica del Carpio Fiestas

Dos «El rey se divierte»: el de Víctor Hugo y el de Deleito

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La ópera «Rigoletto» de Verdi está basada en una obra de teatro: «El rey se divierte«, de Víctor Hugo, y en el acto cuarto y algún otro momento de la obra de Hugo figura aquello de

REY. (Cantando.)
«La mujer es mudable
cual pluma al viento;
¡ay del que en ella fija
su pensamiento!…»

El melodramático argumento es bien conocido: un poderoso -el rey de Francia en la obra de Hugo– es ayudado y animado -corrompido, dicen, como si la culpa fuera de un bufón y no de un todopoderoso rey- en su búsqueda de placeres -o sea, de mujeres- por un subordinado -aquí, un bufón jorobado-, y el poderoso seduce a la propia hija del subordinado.

La obra de teatro es, en mi personal opinión, insoportable; de gustibus non est disputandum. No sé si no me gusta por la confusión, clásica por otra parte, entre violación y relación sexual consentida. En ese mundo la mujer no tiene voluntad propia, igual que no vive para sí sino para el hombre de su entorno que mande, sea padre, marido o hermano; si mantene relaciones sexuales cuando no debe hacerlo, es irrelevante que lo haga o no forzada. La deshonra es la propia relación sexual, y que sea o no consentida ni se toma en cuenta. Y, por tanto, da lugar a la venganza. En ese mundo medio calderoniano en el que la mujer sencillamente no cuenta, o es usada, y donde virginidad de la mujer y honor -del hombre- es lo mismo, los libertinos lo son tanto si violan y abusan como si enamoran a secas. Quizá sea eso lo que me irrita, y no la obra de Hugo. Aquí hay un totum revolutum, Sale desde la joven que consiente por odiosa coacción moral, porque es el precio que pone un rey arbitrario y despótico para salvar la vida del padre condenado a muerte

«el tablado horrible que levantó el verdugo aquella mañana, tenía que servir de patíbulo al padre o de lecho a la hija«

y luego se queda con él por voluntad propia (¿?) y es rechazada por el padre deshonrado

«No vengo a pediros a mi hija; el que no tiene honor no tiene ya familia. Que os ame o no con amor insensato, nada me importa ya; después de que le habéis hecho perder la vergüenza, retenedla en vuestro poder»

y la secuestrada para violarla, una vez que ha dicho que ama, y que en el fondo parece estar encantada, mientras quien el  ofendido es el padre, que ha perdido lo que es suyo, su hija -las mujeres son seres de otros -y su propio honor

«BLANCA. – […] Ese hombre sólo me ha causado daño, y sin embargo, le quiero sin saber por qué. Y llega a tal punto mi locura, que a pesar de ser vos tan tierno para mí y él tan cruel, lo mismo moriría por él que por vos.
TRIBOULET. -Eres muy niña y te perdono.
BLANCA. – Pero él también me ama.
TRIBOULET. -No lo creas, hija mía.
BLANCA. -Me lo dijo y me lo juró. Además, sus palabras convencen y avasallan el corazón, ¡porque
es tan hermoso, tan gallardo!…
TRIBOULET. – Es un infame y no se jactará de robarme impunemente mi tesoro.»

hasta la aristócrata que se acuesta con el rey por voluntad propia (¿o animada o quién sabe si obligada por parientes varones que la usan para medrar?), hasta una discursión sobre si la mujer que ama al rey lo ama verdaderamente o está deslumbrada y no lo ama por sí mismo. Las mujeres somos tontas o débiles, además de ser de otros.

Un melodrama o un drama romántico, o sea, dramón: el padre ofendido, al vengarse, contrata a un asesino a sueldo- el personaje más divertido- que lo engaña matando a la propia hija de quien encargó el asesinato..

Hay quien dice que Hugo ataca en esta obra a la monarquía de forma muy dura. Así debió de ser entendido en su día, porque la obra la prohibieron en su estreno; a Hugo no se lo parecía,y  así se deduce del prefacio, o fingía pensarlo para defenderse.

La obra de Hugo contiene frases extraordinarias, pero no en el texto: en el prefacio, A eso voy.

Contexto: el Gobierno de la monarquía de la época -la del rey Luis Felipe de Orleans si no me equivoco-, prohibió la representación de la obra al estrenarse. Y el prefacio contiene una de las más vibrantes defensas de la libertad, con frases de antología sobre la libertad y la lucha por conseguirla.

Que en el fondo se trataba de que el escritor se veía ofendido su amor propio, en su libertad de pensamiento y expresión y en su patrimonio, da igual. No es desdoro que uno defienda su derecho y lo defienda como algo general solo porque le perjudique que se lo quiten. Cuando el despotismo quita un derecho a uno arbitrariamente, la defensa es de todos, porque son todos los atacados porque el atacado es el Estado de Derecho, o lo que sea equivalente en la Francia de 1832.

Vamos a ello.

«La aparición de este drama en el teatro dio motivo a un acto ministerial inaudito. Al día siguiente de su estreno remitió al autor, Jouslin de la Salle, director de escena del Teatro Francés, el siguiente oficio, cuyo original conserva: «En este momento, que son las diez y media,acabo de recibir la orden de suspender las representaciones de EL REY SE DIVIERTE, que me comunica H.Taillor en nombre del ministro. »Hoy 23 de noviembre.»
Lo primero que le ocurrió al autor fue dudar de lo que estaba leyendo, porque el acto era arbitrario hasta lo increíble.
En efecto, la Constitución, llamada La Carta, dice: «Los franceses tienen derecho de publicar…» El texto no sólo concede el derecho de imprimir, sino el derecho de publicar. El teatro, pues, no es más que un medio de publicación como la prensa, como el grabado y como la litografía. La libertad del teatro está implícitamente consignada en la Constitución como las demás libertades del pensamiento. La ley  fundamental añade: «La censura no podrá restablecerse nunca.» No dice el texto la censura de los periódicos, la censura de los libros; habla de la censura en general, de la del teatro como de la de los escritos. Las obras dramáticas no pueden ser, pues, legalmente censuradas. En otra parte la Constitución dice: «Queda abolida la confiscación.» Pues la supresión de una obra, después de haberse representado, no sólo es un acto de censura y de arbitrariedad, sino que es además una verdadera confiscación, porque usurpa violentamente al autor y al teatro su legítima propiedad. En una palabra, para que todo sea claro, para que los cuatro o cinco grandes principios sociales que la Revolución francesa grabó en bronce queden intactos en sus pedestales de granito, la Constitución deja abolido expresamente en su último artículo todo lo que sea contrario a su letra y a su espíritu en nuestras leyes anteriores.
Esto es lo formal. El decreto ministerial que prohíbe la representación de un drama, por medio de la censura atenta a la libertad y por medio de laconfiscación a la propiedad. Todo nuestro derecho público se subleva contra semejante hecho de fuerza.»
Qué interesante. La censura no estaba prohibida expresamente en caso de obras de teatro, pero representar una obra es publicar por otro medio, luego no es admisible la censura. Que se aplique en cuento los partidarios de la censura por internet. Y no poder representar es quitarle el patrimonio al autor de la obra, además de quitarle su libertad de pensamiento y de expresión; como la confiscación está prohibida, está prohibida la prohibición. Interesante planteamiento, también, ese, en los actuales momentos de debate sobre el copyright, relacionar ambos derechos.
Sigamos.
¿Y qué hace Hugo? Exactamente lo mismo que hemos hecho muchos en España ante abusos de Gobiernos democráticos: recurrir a los tribunales y simultáneamente a la opinión pública.
Pero antes, veamos qué hacía el propio  teatro donde la obra se iba a representar, porque merece muchísimo la pena leerlo:
«La Comedia Francesa, estupefacta y consternada, quiso dar algunos pasos cerca del ministro para obtener la revocación de tan extraña orden, pero fueron inútiles. El Consejo de ministros se había reunido aquel día, y la orden del ministro del día 23 pasó a ser el día 24 una orden de todo el Ministerio. El 23 suspendieron la representación del drama, el 24 lo prohibieron, conminando a la empresa a que borrara de los carteles el pavoroso título EL REY SE DIVIERTE. Intimaron además al Teatro Francés a que se abstuviera de quejarse. Acaso hubiera sido conveniente resistir este despotismo asiático, pero a eso no se atreven los teatros, pues el temor de que les retiren las subvenciones los convierte en siervos y en vasallos, en eunucos y en mudos.»
Las subvenciones.
Cómo resulta familiar eso en el siglo XXI para el control de los medios de comunicación, que se convierten en siervos, vasallos, eunucos y mudos.
Y lo que hace Hugo, en impresionantes palabras que merecen grabarse en letras de oro:
«Los ruegos y las solicitudes que acaso le aconsejaban su interés, le prohibía entablarlas su deber de escritor libre. Pedir favor al poder era reconocerlo: la libertad y la propiedad no deben pedirse en las antesalas, y un derecho no debe solícitarse como un favor; para conseguir el favor se acude al ministro, para lograr un derecho se le pide al país. Al país, pues, se dirige el autor. Existen dos caminos para obtener la justicia: el de la opinión pública y el de los tribunales. El autor recurre a ambos.«.
Después de esto, poco queda decir.
Pero sí se va a decir una cosa: que no deje usted de leer un ensayo:  «El rey se divierte», de José Deleito y Piñuela,
deleito
un ensayo histórico clásico, de 1935, y digamos, neutro, sobre la corte del poderoso rey de España Felipe IV, con detalles exhaustivos de ambiente y vida cotidiana que abarcan cacerías, etiqueta palatina, comidas. No solo por la coincidencia de título, y de un Felipe como rey. También coincide con el otro «El rey se divierte» en una cosa: en que, y aquí suavemente, sin decirlo con las apasionadas y gradilocuente palabras y formas de los autores románticos como Hugo, desde la frialdad de un ensayo, en el fondo también describe el despotismo.
Y acabo citando otros párrafos del prefacio, que merecen la pena:
«Acaso sea útil a nuestra causa dar a nuestros adversarios ejemplo de cortesía y de moderación, y que los particulares den al gobierno lecciones de dignidad y de prudencia y el perseguido al que le persigue.»
«Es curioso el momento de transición política en que nos encontramos; es uno de esos instantes de fatiga general, en los que los actos más despóticos son posibles en esta sociedad, tan penetrada de ideas de emancipación y de libertad. Francia corrió mucho y de prisa en 1830, haciendo tres buenas jornadas, tres grandes etapas en el camino de la civilización y del progreso. Ahora hay ya muchos fatigados y que, faltos de aliento, piden que se haga alto, pretendiendo detener a los espíritus generosos que no se cansan y que se empenan en seguir adelante. Quieren esperar a los rezagados que se quedaron atrás y darles tiempo para que les alcancen. De esto nace un temor tan singular a todo lo que anda, a todo lo que se menea, a todo lo que habla, a todo lo que piensa. Es situación extraña, fácil de comprender, pero difícil de definir. En nuestra opinión, el gobierno abusa de la predisposición al reposo y del miedo a nuevas revoluciones; nos tiraniza en pequeña escala, y se equivoca para él y para nosotros. Si cree que ahora son indiferentes para los espíritus las ideas de libertad, se engaña; lo que tienen es cansancio, y llegará un día en que se le pida estrecha cuenta de los actos ilegales que acumula contra nosotros de algún tiempo a esta parte.»
Hmm.
En este punto veo que aún no he acabado, y, lo que es peor, que veo que no me queda otra que  acabar con una autocita, y encima múltiple. Enlace dos posts de uno de mis dos blogs jurídicos, «Rayas en el agua», donde trato de la inconstitucional Ley de Seguridad Ciudadana y el papel de la prensa, aquí y aqui. Solo puedo decir en mi defensa que al pensar en escribir el post este fin de post no lo tenía previsto.
Verónica del Carpio Fiestas

It’s a long way to Tipperary

En la Primera Guerra Mundial soldados irlandeses cantaban esta canción, «It’s a long way to Tipperary», procedente según parece del music-hall, y se hizo popularísima. Tiene una música muy alegre y una letra nada bélica. Finalmente se ha convertido en una canción de cierto componente pacifista.

El estribillo es lo más conocido.

It’s a long way to Tipperary,
It’s a long way to go.
It’s a long way to Tipperary
To the sweetest girl I know!
Goodbye, Piccadilly,
Farewell, Leicester Square!
It’s a long long way to Tipperary,
But my heart’s right there.

A continuación varios enlaces, a distintas versiones:

Aquí va el original, con el encanto añadido del sonido antiguo  https://www.youtube.com/watch?v=XVM-tFAdADg

Versión dos, con mejor sonido e imágenes bélicas https://www.youtube.com/watch?v=cPk21C0Wpkg   , Inolvidables las de la lucha en las trincheras, especialmente sabiendo qué enorme porcentaje de los que aparecen en las fotos de la Primera Guerra Mundial probablemente murió en esa guerra.

Y tres https://www.youtube.com/watch?v=FsynSgeo_Uo

Aunque es imposible escucharla sin recordar los tantísimos muertos en las trincheras, entre el barro, en una guerra terrible que además, por si fuera poco, y a diferencia de la Segunda, resulta muy difícil comprender por qué estalló, se oye con una sonrisa y se tararea alegremente sin querer tras oírla un par de veces. Y los pies se ponen solos a marcar un animoso ritmo. Música para la felicidad, que emociona y transmite alegría.

Una verdadera delicia. De verdad, no se la pierda.

Verónica del Carpo Fiestas